Este título no tiene mucho que ver con esta poesía

Mi cama…gobernada por papeles de albo rollo higienizado.
Mi lucha…desacorde mas tocaya de un gran libro rebajado.
Mis versos…tan pensados y tan dichos que no quieren decir nada.
Mis pasos…tan vehementes y tan lerdos que acarician mi escalada.

Mis sueños…automáticos suspiros de un enfermo fantasioso.
Mis ojos…tuertos ojos, perros guía, engañados y engañosos.
Mis letras…logotipos sin sentido que al unirse dicen todo.
Mis cuentos…inmortales degradados que perecen en el lodo.

Mi espejo…insincero novelista que describe las afueras.
Mi mesa…noble, escucha mis tormentos, transformados en quimeras.
Mis manos…manos torpes si golpean sin matar a mis demonios.
Mis dedos…dedos crueles si señalan mi destino: el manicomio.

Mi cárcel…rubia, engendro de Cupido (mujeriego disfrazado).
Mi aire…don O2 apresurado, viento desoxigenado.
Mi cielo…blanco y cerca de mis manos, tapa de mis pesadillas.
Mi techo…libre, azul y luminoso, vulnerable, llora y brilla.

Mi precio…ser estúpido y vulgar que ya no sabe ni si existe.
Mi necio…trozo de razón intacta que me teme y se resiste.
Mi odio...aprensión con miedo a ser la tan valiente calma virgen.
Mi podio…valor cuerdo que le escupe a mi cordura mientras finge.

Mi presa…mi futuro, mi momento, mi parón paralizado.
Mi caza…revestida de destino, de presente, de pasado.
Mi reino…mi morada, la heroína que incinera las traiciones.
Mi adiós…moribundo cuando vive en mi pensión, entre colchones.

Mi atraso…es la astucia disparada hacia un disparo inofensivo.
Mi astucia…es mi atraso, es mi paciencia, ignorancia con vestido.
Mis leyes…son el verso enfurecido, pacifista, reflexivo.
Mi muelle…es pensar que hoy es mañana y que mañana estaré vivo.

Le hago tanto caso al caso de este caso tan casual,
De esta causa,
De esta pausa,
De esta duda terrenal,
Que no sé si sé que nada es la nada de mi ser,
Que no sé si yo soy algo, si algo sé si nada sé;
Sólo sé que no sé nada con respecto a lo que sé,
Sólo sé que sé ser algo al saber que nada sé.

Sólo sé que no me entiende ni el lector, ni el que me ve,
No comprende mis palabras quien me escucha, quien me lee.
Mas, si todo hay que explicarlo sin saber si hay que saber,
Habré de saber que nada siempre es algo, escúchame:

Te preguntarás, querido lector u oyente,
Por qué expreso esta frase ahora,
Por qué cambio tan de repente
Y el texto se decolora.

Te preguntarás, querido inferior humano,
Por qué soy tan persistente,
Por qué el estúpido es sano
Y el presente es un presente.

Sano eres, lector,
Sano eres, oyente,
Sano eres si no entiendes
Este texto tan demente,
Pero, haciendo una excepción, voy a explicarte mis fuentes,
Seré un poco más humano y algo menos elocuente.

¿Tú lo entiendes?
¿Lo comprendes?
Pues comienza a releerlo,
Y, si la respuesta es “no”, procedamos a entenderlo.

Tras poner estas palabras, te hablaré de lo primero,
Del principio de esta obra no “escribida” para el pueblo.
Y después, en tu cerebro,
Seguiré con lo segundo,
Y así, sin ser tan profundo,
Concluiré explicando al mundo las rimas que desenfundo:


Mi cama…no sostiene bien mi lucha, cuyos pasos son mis versos.
Mis sueños...son los ojos de mis letras en mis cuentos: mi universo.
Mi espejo…es mis manos y mis dedos en la mesa mientras vuelo.
Mi cárcel…es el techo sobre el aire acorralado por el cielo.

Mi precio…es el odio sobre el podio transformándome en un necio.
Mi presa…es la caza de mi reino, dice adiós a mi YO recio.
Mi atraso…es la astucia de mis leyes, es el muelle inanimado,
Es el hoy semi-impaciente, es futuro del pasado,
Es Mañana aniquilado, es inmóvil, cero grados,
Es un giro tan inerte que no para al ser parado;
Mas, si ayer no es el pasado y el futuro es mi presente…
Mi todo, mi YO, mi mente…
Somos algo inexistente.