Uncle Sam

Vivió dejando en el lado oscuro del recuerdo su naturaleza, la mónada de una mariposa de cristal hipotecada en quebrar su vuelo. Se fusionaba entre las sombras de los callejones a media noche con la porfía de olvidar; una ninfa que se entregó a precarios ojos y brazos, rodeándose con la misma vehemencia que se rodea a un árbol desmochado. Resistiéndose, sin movimientos bruscos.

Rememoro los contratiempos involuntarios y la vigilia se apodera de mi estómago por centrifugar hasta secarme. Todos creíamos que el mundo ya era así de borroso desde el principio y, ¿quién nos iba a convencer? En los días de ceguera las personas forman sólo lamparones y las despedidas... nubes a través del tiempo.