Segundo carmesí.

Era un día de verano cualquiera. El sol calentaba con fuerza y la gente se aglomeraba a las puertas de las piscinas municipales. Eran pocas las personas que aquel día decidieron plantarle cara al sol y yo, era una de ellas. Recuerdo perfectamente aquel día. Yo estaba sentado en uno de los bancos de la plaza central a la sombra de un joven árbol. EL calor era agobiante y no corría aire. Ella se acercó a mí con aquel vestido blanco de bordados rojos. Nunca olvidaré a aquella muchacha. Su forma de caminar, su sonrisa, su perfume de rosas… pero lo que más recordaría serian sus enormes ojos negros. Si, definitivamente esos relucientes ojos lo decían todo. Ojalá no hubiese visto en ellos lo que se me venía encima. En estos momentos lo único que deseo es poder volver a ese momento y detener el tiempo en aquel instante, en mi último segundo de vida. Ese instante tan dulce y lleno de felicidad en el que aquella bala atravesó mi cráneo de un extremo a otro, no lo olvidaré nunca. No había reconocido a aquella chica hasta ese instante, no podía creer lo que estaba pasando. Ella, Elisa, mi pequeña Elisa mi gran amor de verano en un tiempo ahora tan borroso para mi… Lo único que me impedía haberla olvidado era aquella voz tan diferente y amable con la que me hablaba y que algún día dejé de escuchar. Ella había desaparecido sin dejar rastro y de repente se encontraba frente a mí, llorando como nunca la había visto llorar, sosteniendo esa maldita y humeante arma entre sus manos, apuntándome a la cara con aquella mirada cargada de dolor. “Perdóname” fue la ultima palabra que escuché salir de sus labios antes de dejar lo que antes había considerado mi mundo. No se porque lo hizo, no se porque desaparecía en su día, lo único que se con total y absoluta certeza es que quiero esperarla aquí, en esta oscuridad tan extraña donde la luz parece aún más brillante de lo que era entonces para contarle lo mucho que anhelaba volver a verla durante todos esos años. Nunca la culparía de lo sucedido pues aquellos ojos suyos me habían enseñado que no todo es lo que parece y esta vez no era diferente. Elisa, ojalá me hubieses conocido lo suficiente como para saber de la gran carga que me has liberado. Es extraño pero de algún modo siento que no estoy tan lejos del punto del partida es como si entre él y yo solo hubiera un delgado cristal y tu estubieras al otro lado pero... desde aqui tan solo apreces una sombra como el resto de personas de aquel mundo ya tan lejano para mi...

Hmmmmm... Yo se lo haría leer a Carlos, jaja...

Si tengo que decir algo, es lo bien que se te da magnificar experiencias vitales, porque... Bueno, es que no hay más que leerte, jaja. Esperanza que se hunde al tomar consciencia de la realidad, diferente a lo que un día hubo, para por fin asumir que todo pertenece ya al pasado.

Una de dos; o tratas de ver desde el corazón de alguien que conocemos, o estás tratando de poner todo esto en práctica en tu vida.

Lo que si que no quiero olvidar decir es algo que me rondaba por la cabeza. Siempre escribes desde un estímulo reciente en tu vida, o la ausencia del mismo. Siempre se lee algo que no escribes en tus relatos y fragmentos. Y en ocasiones lo entremezclas con una parte de fantasía para tratar de camuflarlo. En mi caso, hay alguien que también me lo ha dicho respecto a "Una vida imposible", pero es imposible, ya que quien me lo decía se estaba refiriendo a vivencias que aún no habían tenido lugar. La idea que estoy desarrollando, si tiene alguna coincidencia en la realidad, será mera casualidad, porque esta idea tiene mucho tiempo ya... xD

Yo simplemente me pongo a escribir cuando me apetece poruqe si no o no me slae nada o sale algo que empieza bien pero acaba mal o me sale algo pésimo. En cuanto a Carlos... no se yo... XD

PD: Para mi proximo cumpleños un diccionario de sinonimos que siempre me parece que me repito mucho ( ya, ya lo se alomejor repito la misma palabra dos veces nada mas pero esque soy muy paranoica)