Me siento ridícula ¿Sabes?
Volviendo a leer todas aquellas palabras que una vez te dediqué. Me siento estúpida.
La línea temporal avanza, avanza y no se detiene. No espera. Nunca espera.
No como yo.
Por alguna extraña razón me dediqué a ser tu primavera sin darme cuenta de que era perpetuamente invierno dentro de mí. Por alguna extraña razón no pude darme cuenta que necesitaba hacer florecer dentro de mí antes que dentro de cualquiera.
Por alguna extraña razón ahora creo que todo lo que te dí fue falso.
No pretendo seguir en este punto muerto, en este hueco de oscuras y vacías promesas. En esta historia sin argumento, en este ir y venir de sonrisas débiles y días monótonos.
Carezco de vocación para volver a hacer de tus inviernos primaveras eternas.
Y fíjate hasta qué punto me vienes dando igual... Que ya hasta carezco de palabras para tí.
Se han acabado todas... se me han acabado, igual que esta taza de café azucarado y este paquete de galletas...