Esta sección es mi favorita a si que si no os importa empezare yo^^
Es una historia que escribí hace muchísimo tiempo y aun hoy, me sigue encantando.
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La Conversación.
Las noches asoman lejos de un corazón, y en la habitación solitaria, el sollozo sordo embellece unas paredes oscuras, que únicamente en la ficción, están presentes.
-No esta sola-dice la voz-
-que se pudra-dice el amor-
Las casas oscuras siempre fueron por tristes lunas, no del todo apagadas, lanzando un cántaro al aire, lograba alumbrar una esperanza casi inexistente.
Lo místico e inconcebible era la pocas ganas de aguantar. La muerte, que de solo palabra vive, intentaba a toda costa que ningún hombre muriera, y el sonido sordo del cántaro que tarde llegaba al suelo, hacia de trabajos forzados, los de un proletario enojado; La muerte nunca quiso que esto ocurriera.
Puede que una tras otra todas cayeran a su paso. Puede que los besos del diablo solo fueran besos de amargos tragos, pero la muerte, que extinta queda tras oficio de limpieza, no hace más que su trabajo.
Eran casi las tres de la tarde cuando la triste chica, tras alejarse de su oficio, volvía con los lagrimales tan llenos de vida que aun ahogadas en salina, las penas flotaban sin dificultad.
Ella que del llanto vive, no es más que una simple y utilizada virgen.
Ella que de la pena vive, no es más que una doncella en cuerpo de poeta.
Queriendo morir cogiendo el cuchillo de cualquier cajón, la muerte ataco su habitación.
-¿Que tu tan linda y especial quieres por muerto tu hermoso pecho de amor?- desgarró frenando las tristes penas a un centímetro, un cuchillo de su piel.
-No muero. Mas triste es el corazón, que aun en vida, ansia tu presencia dulce muerte.
Las dos callaron, una por respuesta, la otra por miedo.
-No soy yo la que te pare pues estando aquí, ya se que ocurre. Eres tu la que tienes que librarme de segar. Tu alma y tu esperanza alejadas de mi están, pues por miedo, tu historia no quiere acabar.
-Mi historia no es dulce como tú comprenderás amada mía. Pero de saber antes de morir, quiero que seas conciente, que de mi muerte, trabajo merecido tienes.
-escuchare si de ella depende que tu odio vuelva a amar esta vida que quieres dejar. Si en su trascurso, oyes que mi cuerpo se desvanece, es que yo por muerte, ya no mato- Concluyo asentando la esperanza de la mismísima muerte en cualquier escalón.
Así la doncella, aun con el cuchillo enrojeciendo la fuerza de su mano, a la muerte le contó una historia, y de belleza sin igual, historia más hermosa, solo esta existirá.
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Espero vuestras criticas, gustos y disgustos^^
Uan.