El Otoño ha sido un Genocida I

Era una tarde, de esas típicas. En las que el viento sopla con fuerza, y las nubes avanzan sin pausa. Era una tarde, llena de sombra, de niebla, de pequeño añochecer. ¿A qué me recordaban? No lo sabía exactamente, no lo sabía o no quería saberlo. No hay mentira más real que la que queremos ocultar. Y por aquellos días yo quería estar más oculto que nunca.
Odiaba mi espacio, mi forma, mi imagen. Odiaba mi tacto y mi olor.
Por aquellos días perdí el conocimiento o la razón, no sé qué perdí antes, pero desaparecieron. No sabía quién era, ni cómo era. Desconocía totalmente el recuerdo de mi yo anterior. O simplemente ya no quería recordarlo.
La confusión fluía una y otra vez por mí. Hacia arriba...ora hacia abajo. Incansablemente. Imparablemente.
Aquella tarde sonó el timbre. Me puse las zapatillas. Salí a ver quién era. Y unos insondables ojos pardos me sorprendieron detrás de la puerta.
No supe quién era, ni cómo se llamaba. No supe cómo le gustaba el café, ni si era de las típicas personas que siempre andaban con bata en casa.
Un olor intenso, a rosas y golosinas, un olor dulce y fresco me golpeó en el pecho. Un olor que adormece, que provoca tumbarse y dormir. Olía tarde de niños, a piruletas en un parque, a bosque después de una lluvia de primavera. Olía a nubes de azúcar, a las sandías recién cortadas en verano, a fresas con nata antes de acostarse.
Esos ojos. Parecían salidos de un pozo. Inescrutables, intensos, oscuros. Como una noche cerrada, una noche sin luna. No había rastro de expresividad en ellos.
¿Quién eres?- pregunté.
No hubo respuesta. Con ella nunca había respuesta. O tal vez sí, y no quería escuchar ni prestar atención.
Porque sabía que eso significaba, perderla para siempre. Y en mi fuero interno, en lo más profundo de mí mismo sabía que no quería perderla.

Me he quedado un poco colgado con "porque sabía que eso significaba perderla para siempre". No sé si ya saldrá, pero tiene gracia que me haya provocado una reflexión de las gordas =)

Vaya...muchas gracias, de verdad.
=D
Provocar reflexiones en las personas con lo que escribo es una sensación que aún no sé manejar muy bien...xDDDD

No he dicho que fuera buena la reflexión, de hecho es bastante deprimente... pero fortificante.

Yo tampoco he dicho que lo fuera. Las reflexiones...pienso que nunca son malas. Lo que es "malo" es la sensación que se desarrolla como fruto de la misma.

Yo creo que casi siempre son malas. Las veo como un complicado ardid matemático que acaba diciendo que lo blanco es negro. Pero bueno, cuando son provocadas hay menos tendencia autoconvincente y más inspiradora.

"Acaba diciendo que lo blanco es negro."
El truco está ahí, en cómo acaba. No en el acto en sí.

Pero si acaba así, el acto es pura entelequia, nada que tenga que ver con la realidad ni un intento de parecérsele

Es posible, pero también depende mucho de lo que quieras conseguir de dicha reflexión y cómo la lleves a cabo. No es válido el reflexionar por reflexionar de forma completamente random sin tener en cuenta las variables o detenerse en los detalles. La reflexión fue creada para lograr un objetivo.
Si reflexionas y sólo acabas en depresión es que hay algo obstruyendo tu capacidad cognitiva y de análisis, algo que perjudica y no te permite llegar a tu objetivo.

Yo diría que el hecho de intentarlo en la realidad es lo que falta, cuando la reflexión no llega al objetivo faltan datos y hay que obtenerlos.

Y según tú, ¿Cómo podrías obtener esos datos?