El Otoño ha sido un Genocida II

Pasaba las tardes de aquel verano tumbada en la cama. Mirando cómo el sol se escondía por la ventana. Escuchaba los atardeceres meciéndose entre los árboles, al mar aullar desde los acantilados. Cuando llevaba hora y media sumida en esa profunda ensoñación se levantaba, lentamente.
Todo en ella era calma, pausa, lentitud.
Descalza caminaba deslizando los pies por los tablones de madera del suelo. Atravesaba la entrada y se quedaba de pie. Mirando al infinito, con el viento meciendo su pelo.
A veces se sentaba y ponía los pies sobre la hierba húmeda, cerrando los ojos. Otras veces sacaba un montón de fruta y se ponía a comer sin parar, una pieza tras otra.
Su aroma lo invadía todo, lo inundaba todo. Y yo...
Yo me quedaba mirando sin saber qué hacer. No sabía cómo actuar con ella. Me limitaba a dejarla ir y venir a su antojo. Sin ningún tipo de control.
Una tarde me miró, con esa profundidad esculpida en sus pupilas, y me dijo:
-¿Sabes lo que pasa cuando tienes miedo de olvidar?
-No- le contesté.
-Que viene el olvido y te devora- respondió mirando al horizonte. En aquel momento un sol de un apasionado color naranja se escondía lentamente dejando paso a una noche fresca y sin luna.
Una noche oscura. Oscura como ella.
-¿Cómo te llamas?- le pregunté. Más por volver a escuchar su voz que por verdadera curiosidad.
-¿Cómo quieres llamarme? - contestó sin siquiera mirarme.
-No es eso lo que quiero decir.
-Sé perfectamente lo que quieres decir-contestó secamente- ¿Cómo quieres llamarme?-añadió mirándome directamente a los ojos.
Me paré un momento a pensar, estaba confuso. El rubor de sus mejillas se iba apagando conforme la temperatura descendía, sus manos reposaban suavemente sobre sus piernas. Los mechones de su cabello iban y venían al compás del viento. Rebeldes, anárquicos. Tan osados y sumisos como ella. La miré una y otra vez.
-Libertad...-murmuré
Ella abrió la comisura de sus labios en lo que parecía una sonrisa y se acercó a mi oído.
-Me llamo Libertad- susurró
Una vez más...me dejó sin aliento.

Tan precioso como el primero. Menos llamativo, eso sí =P

Muchas Gracias.
Aunque sinceramente, creo que podría haberle sacado más.
¿Llamativo? ¿En qué sentido?

No se me ocurría cómo expresarlo. Lo cierto es que el otro me ha hecho sentir más, y éste me ha sabido más a película. No sé, no me ha llamado la atención.

Comprendo lo que dices. He querido plasmarla más bien como una escena un tanto estática. Como un preámbulo a lo que viene.

Sigue sin cuadrarme con los otros tres, yo casi me lo saltaba para leer todos los capítulos seguidos.

Viéndolo así, es posible.
Pero date cuenta que si te lees los otros tres seguidos, no hay un respiro, el resultado por ejemplo que ha provocado en tí hubiera sido tal vez peor. No habría habido un lapso para relajar.
¿No crees?
Tal vez tengas razón y fuera viable omitirlo. Pero también creo que está bien marcar un cierto espacio entre una acción y otra.

Ahora no tengo tiempo, pero me leeré esos tres seguidos y te diré la experiencia xD

Espero noticias tuyas, aunque no sé por qué...ya me huelo la respuesta xDDDDDDDDD

Hecho. Ha sido un sprint, mi capacidad de estimularse ha llegado a lo más alto conforme acababa el IV. Ha sido perfecto, me he suicidado emocionalmente junto al protagonista. Este capítulo sobra, vaya xD

Y me he fijado, hablando de mitificar, en que el protagonista vive a base de chutes de heroína. Para él lo único bonito de la vida es el presente. No mitifiques el presente, nunca, o te tirarás por una catarata.

Yo no mitifico el presente, lo vivo.
Quien lo mitifica ha sido el protagonista. Yo no soy el protagonista. =)
Y bueno...creo que...es lo más halagador que me han dicho sobre algo que he escrito.
Muchas Gracias =)

Ya, no era una acusación directa, sino un aforismo de los míos... lo que no te da la razón porque no te conozco y no debo simplemente fiarme...

En cualquier caso, de nada. He sido yo el que lo ha disfrutado.

Aforismo...me encanta esa palabra...