El Otoño ha sido un Genocida IV [Final]

Cada poro de su piel me decía "déjame" "olvídalo" "abandóname". Cada poro de su piel se quejaba al contacto con la mía, estremeciéndose al mínimo roce con mis labios. Su mirada quemaba y sus manos arañaban con furia mi espalda.
Yo estaba ciego, ciego y desesperado. Completamente enajenado. Me había vuelto loco a causa de aquella pequeña demente aparecida de la nada. Me había vuelto loco por ese aroma tan abrumador, que aún en aquellas circunstancias lo envolvía todo con una intensidad realmente cegadora.
Por esos ojos insondables, por esa mirada tan ciega, había perdido la noción de quién era yo. Y de quién era ella.
La devoré, como nunca antes había devorado a nadie. Me dejé abrasar por su piel, por su mirada, dejé que el ácido de su aliento me quemara.
Besé sus manos, sus labios, su cuello y su vientre. Me perdí en la calidez de sus pechos, en el compás de su agitada respiración. Recorrí con mi lengua la totalidad de su ser, hasta quedarme completamente borracho de ella. Ebrio de su cuerpo. Muerto de desesperación.
Enredé mis dedos en su largo cabello negro y sentí la suavidad de sus piernas abrazarse a mi. La fuerza de sus manos clavándose en mi espalda. La furia con la que ella respondía a mis actos me alentaba. La ansiedad y la angustia de tenerla me devoraban por dentro sin compasión.

Aquella noche, de tormenta vacía, de atroces gritos bramando en mi cabeza, de locura en gotas y aroma a bosque dormido,la hice mía. Tan mía como un cuerpo puede poseer a otro. Tan mía como mi mente me lo permitía.
Tan mía y a la vez tan suya que me desquiciaba saber que en realidad todo era una fantasía. Bebía de ella como un perro sediento en mitad de un desierto, comía de ella como si fuera el último alimento existente. Mi único alimento.

La acurruqué entre mis brazos, la envolví con mi cuerpo en una cuna de calor y descanso. Besé su frente y la miré. Nunca olvidaré esa mirada, tan vacía, tan opaca, tan oscura que amedrentaba. Nunca olvidaré lo mucho que quemaban sus ojos aquella noche. Lo frío que estaba su cuerpo. Lo agitada que era su respiración. Nunca olvidaré cómo tembló entre mis brazos. Ni lo que dijo a continuación.

El destino no existe. Nada ocurre por casualidad. Por mucho que te esfuerces en creer que sí. El olvido te devora si tienes miedo de él. Al igual que la oscuridad. Al igual que el odio.
Si tienes miedo de olvidar, el olvido vendrá y borrará tu existencia. Y será como si nunca hubieras existido. Si temes a la oscuridad, serás consumido por ella. Invadirá tu alma y tu corazón. Y entonces acabarás con tu vida. Si tienes miedo al odio, éste se manifestará en cada cosa que hagas y tendrás rabia y asco de tí mismo. Si temes a la soledad...ella acudirá a hacerte compañía.

Aquella noche caí dormido, con ella entre mis brazos. Cuando abrí los ojos ella ya no estaba. Desesperado me levanté, corrí por toda la casa, gritando su nombre.
Hambriento de su presencia salí, caminé con el corazón acelerado. Me interné en el bosque, bramando a los cuatro vientos, llamándola. Rogándole que apareciera. No sé cuántas horas estuve ahí, vagando entre árboles milenarios, arañándome los brazos y raspándome las rodillas, perdí la voz de las veces que pronuncié su nombre. No sé cuánto tiempo permanecí entre las tinieblas de aquellos árboles... hasta que recordé el acantilado.
Salí como alma que lleva el diablo, corriendo desesperadamente, tropezando con mis propios pies, con los pulmones ardiendo y el corazón fuera del pecho. Llegué al borde del abismo. Mi corazón se paró un momento y contemplé el horizonte, tan magnánimo, tan imperturbable. Bajé la vista y lo vi.
Un trozo de tela blanca, un vestido ondeaba sobre una roca. Su vestido Pensé. No lo dudé ni un segundo. Sonreí al frente y me tiré al vacío. No hubo miedo, ni oscuridad. Sólo su mirada buscándome en lo más profundo de la nada.

Nunca supe qué era ella, si era humana o un simple producto de mi locura. Las horas anteriores a aquello las pasé sumido en una oscuridad, una tristeza y una desesperación que consumieron la poca cordura que después de aquella noche había quedado de mí. Ella se había llevado mi noción, mi razón, mi alma. Había devorado todo lo que quedaba de mí en un solo suspiro. Con una sola mirada me había condenado y encadenado a ella de por vida. Una vez que la pruebas no puedes dejarlo. Una vez que la pruebas estás sentenciado a volver a probarla una y otra vez sin descanso. Hasta agotar el límite de tus fuerzas o incluso...la muerte.

Y esta es la descripción, que yo recuerde, que más me ha sabido transmitir la sensación de enamoramiento. También es verdad que no he leído mucho que se diga, y que no estoy precisamente en mi mejor racha.

No soy capaz de entender cómo has escrito eso. Me acabas de joder mi bendito pilar subconsciente de "yo soy el único capaz de sentir de verdad en este mundo".

Sólo puedo asociar esta sensación a Dani diciendo uno de sus "joder" duplicados o triplicados, con esos infinitos puntos suspensivos que sólo él sabe decir...

A esto me refería con turbador. Pero fue unas veinte veces menos que esto. Eso, y que estoy sugestionado porque últimamente ando algo imbécil.

Al ser mucho texto he intentado hacerlo más dinámico. No he parado en descripciones, me he centrado en los actos.
Creo que eso le da más movimiento.
Y bueno, yo también me he quedado un poco...perpleja por el final y cómo se han ido sucediendo las cosas. Creo que no pretendía acabarlo así. Pero me gusta.
Ahora esto, tiene alma.
¿Que cómo puedo ser capaz de escribir esto?
¿A qué te refieres?

Me refiero a que en el momento me dejó estupefacto. Si me hubieran dado con un martillo de goma, me habría hecho añicos.

Ow...la verdad sí que es un final un tanto inesperado...pero...oww....

Bueno, lo del suicidio me rehizo. Casi me jodió que acabara así. Seguir vivo deja una sensación de dolor en potencia mucho más fuerte =P

¿Te confieso algo?
Esto es digamos...el final alternativo. Tuve uno primero...mucho más dramático...pero me daba palo xDDDDDDDDDDDDDD

Joder, tía... Escritura impulsiva! creía que era tu bandera! :S

Y lo es, claro que lo es. Joder.
Pero uno no puede manejar lo que siente, ni lo cómo te impulsa lo que siente.
Tenía dos finales, surgieron los dos al mismo tiempo. En esa situación ¿Qué haces?
Tenía tres opciones, Final A, Final B y Final C (Que era como no tener final, porque el capítulo no existiría)
Simplemente escribí la que salió más fácilmente.

Mmm... me encanta tocar las gónadas, así que no puedo evitar decirte que me habría gustado otro sin suicidio. Pero hasta el suicidio no hay queja =)

¿Otro sin suicidio?
Es posible que en algún momento lo saque. No cierro ventana.